7.500 metros de carpa y arena especial para evitar el barro son las armas con las que se afronta la alta probabilidad de lluvia para jueves, viernes y sábado. Mañana arranca la cuarta edición de este festival, que congrega 70 actuaciones en tres días.
Ni rayos, ni truenos, ni centellas. Nada podrá con Extremúsika, aunque las previsiones meteorológicas auguren un cenizo 100% de probabilidad de lluvias durante los tres días del festival, jueves, viernes y sábado. La organización es consciente del peligro, pero ayer, más que mirar para otro lado, anunció las medidas tomadas para tratar de que la mayor cita musical de la región se desarrolle con normalidad, aunque sea con agua. Su promotor, Ángel Romero, aseguró que tendría que desencadenarse un verdadero tsunami para que el festival se suspendiera, y que han habilitado 7.500 metros de carpas para que, si finalmente llueve, haya sitio para ver los conciertos al cubierto. La preocupación está en la calle y en los foros de Internet, donde la gente clama por «solecito y buen tiempo» o, que si tiene que llover, sea poco.
Eso es lo que opina Romero, «que no va a llover como estos días atrás, ni muchísimo menos», pero que están trabajando para combatir el factor más variable y menos controlable de todos: el tiempo. «Vamos a descargar camiones de arenas de salón para combatir el barro, no le hagáis mucho caso al suelo tal y como está ahora». Eso en el área del ferial, en donde se sitúan los dos escenarios gemelos. En el hípico, la arena de miga de río se va a rellenar de nuevo para que no se hagan charcos. Los escenarios están cubiertos, lo que garantiza que se celebren las actuaciones. El área de acampada lleva diez días totalmente perimetrada y sin ser pisada, lo que le ha dado dureza. En todo caso, todo depende del comportamiento final del tiempo y de la intensidad de esa lluvia prevista por la Agencia de Meteorología, que anuncia también vientos en torno a los 25 o 30 kilómetros por hora. Así vivirán la cuarta edición los miles de espectadores que se esperan, llegados, como siempre, de aquí y de allá. «No tenemos un recuento pero la venta de entradas va muy similar al año pasado, hasta el sábado no se sabe seguro». La masa festivalera, apunta Romero, está hecha a ciertas inclemencias, «en el Viñarock ha llovido muchas veces y se sigue celebrando, aquí no estamos acostumbrados porque no ha llovido nunca». «Estamos en condiciones de hacer el mejor Extremúsika de todas las ediciones pasadas», resolvió Romero zanjando el asunto meteorológico, con cierta desconfianza a las previsiones. «Mi mensaje es que el festival se va a celebrar y que todo el mundo tiene su hueco para estar cómodo, si viene lluvia, aquí estamos». El festival de este año presenta un cartel que insiste en la heterogeneidad de estilos y en donde prima lo español -lo auténtico, con pocas concesiones a lo más comercial- y algunas gotas internacionales, así como los grupos de versiones, que rinden honores a lo más florido del rock universal. El 'show' arranca mañana jueves en el escenario Amstel, que durante el viernes y sábado acogerá covers y otras actuaciones. Será el primer aperitivo del festival, que mantendrá el viernes los otros dos recintos cerrados. Para mañana, lo más destacado será la actuación de 'Loquillo', que acaba de sacar el disco 'Balmoral', el primero en solitario, y la banda Barricada, una presencia ya clásica dentro del cartel de Extremúsika. El primer concierto, a cargo de 'Gritando en Silencio', comenzará a las 14,50. El viernes y el sábado los primeros conciertos se iniciarán rayando el mediodía, y se simultanearán actuaciones, algo que no se había dado en las anteriores ediciones, la única solución para que el «atasco» de grupos no los prolongue hasta las nueve de la mañana. 17.000 metros El recinto ha «reventado» sus propias costuras y se ha ampliado en un 40%, alcanzando los 17.000 metros cuadrados. Cabe más gente y la que esté tendrá más holgura. La obra acometida en el hípico es «faraónica» y se han llegado a tirar muros para dar cabida a los escenarios. El recinto acoge mercado medieval, mercado de artesanía, multitienda, duchas, barras y todo lo necesario para sobrevivir durante los tres días de maratón musical. Las obras en el recinto hípico se han prolongado durante cerca de un mes y ayer se continuaba trabajando a destajo, con 400 personas dedicadas a las distintas facetas de su preparación, desde operarios hasta personal de producción. Empiezan a faltar las horas de sueño.Romero se muestra cauto a la hora de hablar de cifras y recaudaciones. Siempre ha rechazado la idea de que los festivales, o al menos el suyo, es una máquina de hacer dinero. En las últimas ediciones se ha optado por la fórmula de una entrada con precio único -58 euros anticipada y 65 en taquilla-. «Tiene que ser así, seguimos siendo el festival más barato, el primer año se hizo así y la incidencia en venta fue mínima», apunta el productor de A-Valekas. La zona de acampada está abierta desde hoy mismo. «La gente empieza a venir desde mañana -hoy- por la mañana. Se empezará a ver mucho hippie y mucho punkie en Cáceres, pero eso es lo que nos interesa».Se multiplica la potencia de vatios, tanto de luz como de sonido, lo que convertirá este área del ferial en todo un altavoz de música e iluminación. Serán, en total, 620.000 vatios repartidos en 420.000 para la luz y el resto para el sonido. La onda expansiva llegará, pues, a la ciudad. Millón y medio El presupuesto supera el millón y medio de euros, más con los últimos recursos de lucha «anti-lluvia». Es un capital de origen privado casi en su totalidad. Cáceres 2016 aporta 40.000 euros que trata de rentabilizar para que se difunda el mensaje de la capitalidad entre los que visiten la carpa de Extremúsika durante estos tres días.La alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras, auguró larga vida al festival y su intención de que continúe la colaboración entre esta cita musical y el Ayuntamiento. Habló de las rutas de autobuses, que estarán activos durante toda la duración del festival, aunque aún queda por concretar las rutas.Romero valoró el trabajo de la concejala María José Casado en pro del festival. «Nos ha apoyado totalmente, la hemos llamado a horas inoportunas y siempre ha estado allí». Todo listo, pues, para la explosión de rock en Cáceres. El cielo pondrá los efectos especiales que enmarcarán las muchas horas de música de este festival. Soles o lluvia, tal vez un poco de todo. La respuesta, jueves, sábado y domingo.
Eso es lo que opina Romero, «que no va a llover como estos días atrás, ni muchísimo menos», pero que están trabajando para combatir el factor más variable y menos controlable de todos: el tiempo. «Vamos a descargar camiones de arenas de salón para combatir el barro, no le hagáis mucho caso al suelo tal y como está ahora». Eso en el área del ferial, en donde se sitúan los dos escenarios gemelos. En el hípico, la arena de miga de río se va a rellenar de nuevo para que no se hagan charcos. Los escenarios están cubiertos, lo que garantiza que se celebren las actuaciones. El área de acampada lleva diez días totalmente perimetrada y sin ser pisada, lo que le ha dado dureza. En todo caso, todo depende del comportamiento final del tiempo y de la intensidad de esa lluvia prevista por la Agencia de Meteorología, que anuncia también vientos en torno a los 25 o 30 kilómetros por hora. Así vivirán la cuarta edición los miles de espectadores que se esperan, llegados, como siempre, de aquí y de allá. «No tenemos un recuento pero la venta de entradas va muy similar al año pasado, hasta el sábado no se sabe seguro». La masa festivalera, apunta Romero, está hecha a ciertas inclemencias, «en el Viñarock ha llovido muchas veces y se sigue celebrando, aquí no estamos acostumbrados porque no ha llovido nunca». «Estamos en condiciones de hacer el mejor Extremúsika de todas las ediciones pasadas», resolvió Romero zanjando el asunto meteorológico, con cierta desconfianza a las previsiones. «Mi mensaje es que el festival se va a celebrar y que todo el mundo tiene su hueco para estar cómodo, si viene lluvia, aquí estamos». El festival de este año presenta un cartel que insiste en la heterogeneidad de estilos y en donde prima lo español -lo auténtico, con pocas concesiones a lo más comercial- y algunas gotas internacionales, así como los grupos de versiones, que rinden honores a lo más florido del rock universal. El 'show' arranca mañana jueves en el escenario Amstel, que durante el viernes y sábado acogerá covers y otras actuaciones. Será el primer aperitivo del festival, que mantendrá el viernes los otros dos recintos cerrados. Para mañana, lo más destacado será la actuación de 'Loquillo', que acaba de sacar el disco 'Balmoral', el primero en solitario, y la banda Barricada, una presencia ya clásica dentro del cartel de Extremúsika. El primer concierto, a cargo de 'Gritando en Silencio', comenzará a las 14,50. El viernes y el sábado los primeros conciertos se iniciarán rayando el mediodía, y se simultanearán actuaciones, algo que no se había dado en las anteriores ediciones, la única solución para que el «atasco» de grupos no los prolongue hasta las nueve de la mañana. 17.000 metros El recinto ha «reventado» sus propias costuras y se ha ampliado en un 40%, alcanzando los 17.000 metros cuadrados. Cabe más gente y la que esté tendrá más holgura. La obra acometida en el hípico es «faraónica» y se han llegado a tirar muros para dar cabida a los escenarios. El recinto acoge mercado medieval, mercado de artesanía, multitienda, duchas, barras y todo lo necesario para sobrevivir durante los tres días de maratón musical. Las obras en el recinto hípico se han prolongado durante cerca de un mes y ayer se continuaba trabajando a destajo, con 400 personas dedicadas a las distintas facetas de su preparación, desde operarios hasta personal de producción. Empiezan a faltar las horas de sueño.Romero se muestra cauto a la hora de hablar de cifras y recaudaciones. Siempre ha rechazado la idea de que los festivales, o al menos el suyo, es una máquina de hacer dinero. En las últimas ediciones se ha optado por la fórmula de una entrada con precio único -58 euros anticipada y 65 en taquilla-. «Tiene que ser así, seguimos siendo el festival más barato, el primer año se hizo así y la incidencia en venta fue mínima», apunta el productor de A-Valekas. La zona de acampada está abierta desde hoy mismo. «La gente empieza a venir desde mañana -hoy- por la mañana. Se empezará a ver mucho hippie y mucho punkie en Cáceres, pero eso es lo que nos interesa».Se multiplica la potencia de vatios, tanto de luz como de sonido, lo que convertirá este área del ferial en todo un altavoz de música e iluminación. Serán, en total, 620.000 vatios repartidos en 420.000 para la luz y el resto para el sonido. La onda expansiva llegará, pues, a la ciudad. Millón y medio El presupuesto supera el millón y medio de euros, más con los últimos recursos de lucha «anti-lluvia». Es un capital de origen privado casi en su totalidad. Cáceres 2016 aporta 40.000 euros que trata de rentabilizar para que se difunda el mensaje de la capitalidad entre los que visiten la carpa de Extremúsika durante estos tres días.La alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras, auguró larga vida al festival y su intención de que continúe la colaboración entre esta cita musical y el Ayuntamiento. Habló de las rutas de autobuses, que estarán activos durante toda la duración del festival, aunque aún queda por concretar las rutas.Romero valoró el trabajo de la concejala María José Casado en pro del festival. «Nos ha apoyado totalmente, la hemos llamado a horas inoportunas y siempre ha estado allí». Todo listo, pues, para la explosión de rock en Cáceres. El cielo pondrá los efectos especiales que enmarcarán las muchas horas de música de este festival. Soles o lluvia, tal vez un poco de todo. La respuesta, jueves, sábado y domingo.
fuentes:http://www.hoy.es/20080416/sociedad/extremusika-desafia-carpas-arena-20080416.html
Lo que tiene que dejar este Angel Romero es de engañar a la gente y las cosas que tiene pendientes arreglarlas porque de Angelito no tiene ni un poquito.
ResponderEliminarUn saludo para los afectados.
Nota: a la gente de este tipo no tendrian que darles ni los buenos dias.