PLANETA TIERRA : OCEANOS
OCEANO
Se denomina océano a la parte de la superficie terrestre ocupada por el agua marina. Se formó hace unos 4000 millones de años cuando la temperatura de la superficie del planeta se enfrió hasta permitir que el agua se encuentre en estado líquido. El océano está dividido por grandes extensiones de tierra que son los continentes y grandes archipiélagos en cinco partes que, a su vez, también se llaman océanos:
Océano Antártico
Océano Ártico
Océano Atlántico
Océano Índico
Océano Pacífico
Los océanos Pacífico y Atlántico a menudo se distinguen en Norte y Sur: Atlántico Norte, Atlántico Sur, Pacífico Norte y Pacífico Sur.
CARACTERISTICAS
Los océanos cubren el 71 % de la superficie de la Tierra, siendo el Pacífico el mayor de los océanos.
La profundidad de los océanos es variable dependiendo de las zonas del relieve oceánico pero resulta escasa en comparación con su superficie. Se estima que la profundidad media es de unos 4 km. La parte más profunda se encuentra en la fosa de las Marianas alcanzando los 11033 m de profundidad.
En los océanos hay una capa superficial de agua templada (12º a 30ºC), que llega hasta una profundidad variable según las zonas, de entre unas decenas de metros hasta los 400 o 500 metros. Por debajo de esta capa el agua está fría con temperaturas de entre 5º y -1ºC. Se llama termoclina al límite entre las dos capas. El agua está más cálida en las zonas templadas, ecuatoriales y tropicales, y más fría cerca de los polos. Y, también, más cálida en verano y más fría en invierno.Dependiendo del lugar que nos encontremos en el mundo.
EL AGUA DEL MAR
Contiene sustancias sólidas en disolución, siendo las más abundantes el sodio y el cloro que, en su forma sólida, se combina para formar el cloruro de sodio o sal común y, junto con el magnesio, el calcio y el potasio, constituyen cerca del 90 % de los elementos disueltos en el agua de mar. Además hay otros elementos pero en cantidades minimas.
La salinidad depende de la cantidad de sales que contiene. Aproximadamente una media del 3,5 % del volumen del agua, corresponde a sustancias en disolución. Si hay mucha evaporación, desaparece una mayor cantidad de agua, quedando las sustancias disueltas, por lo que aumenta la salinidad.
Ésta es escasa en las regiones polares, en especial en el verano cuando el hielo se diluye en el agua. En mares como el Báltico, también hay poca salinidad.
Cabe destacar que en su gran extensión, el océano presenta todos y cada uno de los elementos químicos naturales existentes, bien sea por escorrentía de estos en los continentes o reservas existentes en él.
La mayor parte del agua en la Tierra, el 94 %, se encuentra en los océanos, de la que se evapora una mayor cantidad de agua pura que aquella que retorna en forma de precipitaciones. El volumen de agua de los océanos permanece inalterable ya que estos reciben agua a través de los ríos.
COMPOSICION
Disueltos en el agua existen prácticamente todos los elementos, en una cantidad ínfima, pero al tener ese volumen tan colosal los océanos, estos constituyen unas reservas de materias primas inagotables; pero a excepción del cloruro sódico, la sal común, ofrece poca rentabilidad su extracción.
En gramos por litro:
1º Cloro 19 g/L
2º Sodio 10,5 g/L
3º Magnesio 1,35 g/L
4º Azufre 0,885 g/L
5º Calcio 0,400 g/L
6º Potasio 0,380 g/L
7º Bromo 0,065 g/L
....
39º Plata 0,000 000 3 g/L
57º Oro 0,000 000 004 g/L
COLOR
Una forma de pensar común es que el agua de los oceános es azul debido principalmente a la reflexión del color azul del cielo. En realidad el agua posee por si misma un ligero color azul cuando se almacena en grandes cantidades. La reflexión del cielo contribuye a que el agua se vea azul pero no es la principal razón. El origen se debe a la absorción por las moléculas de agua de los fotones "rojos" provenientes de la luz incidente, siendo uno de los únicos ejemplos en la naturaleza producidos por la vibración y la dinámica electrónica.
LAS OLAS
Raramente el agua de mar se encuentra quieta, se mueve en olas, mareas o corrientes. Las olas se deben al viento que sopla sobre la superficie. La altura de una ola está dada por la velocidad del viento, del lapso en que ha soplado y de la distancia que ha recorrido la ola. La ola más alta registrada fue de 64 metros, pero generalmente son mucho más bajas. Desempeñan un papel fundamental en la formación de las costas.
TSUNAMIS
Son un tipo de olas cuyo origen no tiene relación con los vientos sino con los terremotos o la erupción de volcanes submarinos. Desplazan grandes cantidades de agua con gran rapidez modificando la superficie del mar y creando olas que se alejan de la zona del terremoto del volcán. Llegan a viajar a 750 km/h. En mar abierto provocan pocos daños, ya que tienen poca altura (menos de 1 metro). En aguas poco profundas disminuye su velocidad aumentando su altura hasta los 10 metros o más y suelen causar daños catastróficos al llegar a la costa.
MAREAS
Las mareas son provocadas por la atracción gravitatoria que ejercen la Luna y el Sol. La atracción es mayor en la cara de la Tierra que está frente a la Luna, provocando un pleamar o marea alta. El Sol, por estar a una mayor distancia, produce un menor efecto que la Luna. Estas pueden llegar a ser causas de inundaciones en poblaciones costeras.
MAREAS VIVAS
Se denominan mareas vivas aquellos momentos en los cuales se produce la máxima atracción, y se forman cuando la Luna, el Sol y la Tierra se encuentran sobre la misma línea, es decir, durante las fases de Luna Llena o de Luna Nueva por lo que se producen cada 14 días, es decir, dos veces cada mes.
MAREAS MUERTAS
Son mareas menos intensas que se producen cuando la Luna y el Sol forman un ángulo recto con la Tierra, porque las atracciones de ambos, al ser en direcciones opuestas, se restan entre sí en vez de sumarse. Desde luego, a pesar de su menor tamaño, la atracción de la Luna es superior por encontrarse más cerca. Estas mareas se producen en las fases de Cuarto Creciente y Cuarto Menguante.
AMPLITUD DE LA MAREA
Es la diferencia entre los niveles de pleamar y bajamar. Varían según el lugar, desde menos de 1 metro en el mar Mediterráneo y el golfo de México, a 14,5 metros en la bahía de Fundy, en la costa oriental de Canadá.
ACTUALIDAD
Cada año, los mares europeos «reciben» 20 millones de toneladas de residuos de hidrocarburo. La contaminación que provocan el lavado ilegal de tanques y el vertido de aguas de sentinas suponeun peligro al menos tres veces superior al de los terribles accidentes. Hoy lunes, es el Día Mundial de los Océanos.
Siempre que uno oye hablar sobre las mareas negras piensa en las terribles imágenes producidas por accidentes de buques petroleros. Sin embargo, ésta no es la única forma de contaminación que afecta a los océanos. De hecho, aunque las mareas negras tengan un gran impacto sobre los ecosistemas por aquello de la concentración de contaminantes en un punto, la limpieza ilegal de los tanques mar adentro y los residuos que llegan de las ciudades y las industrias a través de los ríos, superan en cantidad a las miles de toneladas de crudo que se derraman cada año sobre esta masa azul por accidentes de buques tanque. Se trata de las otras mareas negras, la contaminación crónica que merma la vida en los 1.400 millones de kilómetros cúbicos de agua y 370 millones de kilómetros cuadrados de extensión que tienen los océanos.
Se estima que cada año llegan al océano entre dos y diez millones de toneladas de crudo, de las cuales un 12 por ciento corresponde a estos accidentes (Prestige, Urquiola o el del Exxon Valdez, por ejemplo). El porcentaje aumenta hasta un 33 por ciento en el caso de los cientos de vertidos deliberados desde los buques, sobre todo a través del lavado ilegal de los tanques en alta mar, aunque también por los aceites usados, los vertidos de las sentinas y otros productos que también contienen hidrocarburos.
Ésta es una de las conclusiones del informe «Océanos en peligro», que la organización Oceana ha presentado esta semana con motivo del Día Mundial de los Océanos –sí, otra vez–, que se celebra mañana lunes. En él, la organización denuncia cómo la sobrepesca, la contaminación y la destrucción de hábitats están arrasando los océanos, especialmente los mares europeos, pues el tráfico marítimo genera en Europa más de 20 millones de toneladas de residuos de hidrocarburos. De hecho, «el 75 por ciento de las aguas oleosas que hay en el mar son de vertidos ilegales, no de accidentes», denuncia Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana.
Además, casi el 40 por ciento de los buques con pabellón comunitario muestra deficiencias en el cumplimiento del convenio Marpol, que es el que regula la contaminación marina, tal y como denuncian desde la organización Oceana.
De hecho, la contaminación crónica por hidrocarburos que provocan el lavado de tanques, el vertido de aguas de sentinas y otros residuos oleosos supone un peligro al menos tres veces superior al que representan las mareas negras que provocan los accidentes. En concreto, el Mediterráneo es el mar más contaminado del mundo por hidrocarburos; recibe cada año más de 400.000 toneladas al año, aseguran desde la organización.
Los datos no los tienen tan claro otros expertos. «La limpieza de tanques en el mar es una actividad ilegal de la que por razones obvias no hay estadísticas fiables; es como preguntar cuánta cocaína se vende en España (estadísticas que por cierto las hay). Algunas organizaciones dan cifras elevadísimas que a nosotros nos parecen, por una parte, infundadas y, por otra, exageradísimas», afirma Manuel Carlier, director general de la Asociación de Navieros Españoles (Anave).
Carlier, además, recuerda que, en el caso de los hidrocarburos derramados por accidente, éstos han disminuido de forma notable, al pasar de «las más de 300.000 toneladas al año en los años 70 a menos de 13.000 en el promedio de los últimos cinco años y eso que en este tiempo el transporte marítimo de crudo y productos del petróleo ha aumentado muchísimo. En 2008, sólo se derramaron accidentalmente 2.000 toneladas. Es decir, menos del uno por ciento de los derrames medios de los años 70». Carlier asegura que todos los buques mercantes usan las instalaciones que hay en tierra para ello. De hecho, la ley obliga a pagar una determinada tarifa a los buques que no hagan uso del servicio de recepción de desechos (entre 60 y 850 euros en función del tamaño del buque), y otras tarifas en caso de que sí se entreguen.
Ahora bien, no todos los barcos son petroleros ni mercantes, ni en todos los puertos hay instalaciones adecuadas para recibir estos residuos y, «aunque paguen, sale más barato verterlos al mar», según Ricardo Aguilar, director de Investigación de Oceana. Así, en otro estudio, la organización aseguraba que los vertidos ilegales y operaciones rutinarias en los buques suman entre 666.000 y más de 2,5 millones de toneladas cada año. De ellas, cerca de 280.000 proceden del combustible y aceites de buques no petroleros.
Anualmente se detectan cerca de 3.000 vertidos ilegales de hidrocarburos a los mares europeos, pero se cree que son sólo una pequeña parte de los que realmente se producen. El Mediterráneo recibe entre el 45 y el 60 por ciento de ellos.
Pese a estos más que llamativos datos, pocos buques terminan siendo detenidos por esta causa. En el caso de las detenciones tras las inspecciones portuarias que se realizan en todo el mundo sólo el uno por ciento corresponde a este motivo.
Pero ésta no es la única contaminación crónica que acecha a los mares. El uso masivo de fertilizantes en la agricultura, unido a los residuos fecales de granjas, las aguas residuales de ciudades y las emisiones atmosféricas, llevan cada año al océano millones de toneladas de nitrógeno y fosfato que pueden causar serios episodios de eutrofización en las zonas costeras y poco profundas.
El Báltico ostenta el récord en polución por fosfatos y nitrógeno, con 250.000 toneladas de nitrógeno y fósforo vertidas al año; casi 600 kilos por kilómetro cuadrado. En cambio, el mar Negro es la mayor cuenca anóxica del mundo, con cerca del 87 por ciento de sus aguas sin oxígeno y con altos niveles de sulfuro de hidrógeno.
A estos vertidos hay que sumar muchos otros. Cada hora se vierten al mar unos 675.000 kilos de basura o cerca de seis millones de toneladas al año, de las cuales un 50 por ciento es plástico. Y no es que sea inocuo. Estas basuran matan cada año a unos 100.000 mamíferos y tortugas marinas. De hecho, en los océanos llegan a encontrarse concentraciones de hasta ocho millones de fragmentos plásticos por kilómetro cuadrado flotando en los mares, y se considera que sólo son un 10-15 por ciento de los que existen en los fondos y en las costas.
Y la lista no acaba. Hay otros males, como la sobrepesca y la destrucción de hábitats en los mares europeos. La riqueza de los mares y océanos europeos es enorme, no sólo por su variedad de hábitats, sino también por el gran número de especies que albergan. De hecho, de las 230.000 especies marinas que se han catalogado en todo el mundo, más de 31.000 habitan en aguas europeas.
Siempre que uno oye hablar sobre las mareas negras piensa en las terribles imágenes producidas por accidentes de buques petroleros. Sin embargo, ésta no es la única forma de contaminación que afecta a los océanos. De hecho, aunque las mareas negras tengan un gran impacto sobre los ecosistemas por aquello de la concentración de contaminantes en un punto, la limpieza ilegal de los tanques mar adentro y los residuos que llegan de las ciudades y las industrias a través de los ríos, superan en cantidad a las miles de toneladas de crudo que se derraman cada año sobre esta masa azul por accidentes de buques tanque. Se trata de las otras mareas negras, la contaminación crónica que merma la vida en los 1.400 millones de kilómetros cúbicos de agua y 370 millones de kilómetros cuadrados de extensión que tienen los océanos.
Se estima que cada año llegan al océano entre dos y diez millones de toneladas de crudo, de las cuales un 12 por ciento corresponde a estos accidentes (Prestige, Urquiola o el del Exxon Valdez, por ejemplo). El porcentaje aumenta hasta un 33 por ciento en el caso de los cientos de vertidos deliberados desde los buques, sobre todo a través del lavado ilegal de los tanques en alta mar, aunque también por los aceites usados, los vertidos de las sentinas y otros productos que también contienen hidrocarburos.
Ésta es una de las conclusiones del informe «Océanos en peligro», que la organización Oceana ha presentado esta semana con motivo del Día Mundial de los Océanos –sí, otra vez–, que se celebra mañana lunes. En él, la organización denuncia cómo la sobrepesca, la contaminación y la destrucción de hábitats están arrasando los océanos, especialmente los mares europeos, pues el tráfico marítimo genera en Europa más de 20 millones de toneladas de residuos de hidrocarburos. De hecho, «el 75 por ciento de las aguas oleosas que hay en el mar son de vertidos ilegales, no de accidentes», denuncia Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana.
Además, casi el 40 por ciento de los buques con pabellón comunitario muestra deficiencias en el cumplimiento del convenio Marpol, que es el que regula la contaminación marina, tal y como denuncian desde la organización Oceana.
De hecho, la contaminación crónica por hidrocarburos que provocan el lavado de tanques, el vertido de aguas de sentinas y otros residuos oleosos supone un peligro al menos tres veces superior al que representan las mareas negras que provocan los accidentes. En concreto, el Mediterráneo es el mar más contaminado del mundo por hidrocarburos; recibe cada año más de 400.000 toneladas al año, aseguran desde la organización.
Actividad ilegal
Los datos no los tienen tan claro otros expertos. «La limpieza de tanques en el mar es una actividad ilegal de la que por razones obvias no hay estadísticas fiables; es como preguntar cuánta cocaína se vende en España (estadísticas que por cierto las hay). Algunas organizaciones dan cifras elevadísimas que a nosotros nos parecen, por una parte, infundadas y, por otra, exageradísimas», afirma Manuel Carlier, director general de la Asociación de Navieros Españoles (Anave).
Carlier, además, recuerda que, en el caso de los hidrocarburos derramados por accidente, éstos han disminuido de forma notable, al pasar de «las más de 300.000 toneladas al año en los años 70 a menos de 13.000 en el promedio de los últimos cinco años y eso que en este tiempo el transporte marítimo de crudo y productos del petróleo ha aumentado muchísimo. En 2008, sólo se derramaron accidentalmente 2.000 toneladas. Es decir, menos del uno por ciento de los derrames medios de los años 70». Carlier asegura que todos los buques mercantes usan las instalaciones que hay en tierra para ello. De hecho, la ley obliga a pagar una determinada tarifa a los buques que no hagan uso del servicio de recepción de desechos (entre 60 y 850 euros en función del tamaño del buque), y otras tarifas en caso de que sí se entreguen.
Ahora bien, no todos los barcos son petroleros ni mercantes, ni en todos los puertos hay instalaciones adecuadas para recibir estos residuos y, «aunque paguen, sale más barato verterlos al mar», según Ricardo Aguilar, director de Investigación de Oceana. Así, en otro estudio, la organización aseguraba que los vertidos ilegales y operaciones rutinarias en los buques suman entre 666.000 y más de 2,5 millones de toneladas cada año. De ellas, cerca de 280.000 proceden del combustible y aceites de buques no petroleros.
Anualmente se detectan cerca de 3.000 vertidos ilegales de hidrocarburos a los mares europeos, pero se cree que son sólo una pequeña parte de los que realmente se producen. El Mediterráneo recibe entre el 45 y el 60 por ciento de ellos.
Pese a estos más que llamativos datos, pocos buques terminan siendo detenidos por esta causa. En el caso de las detenciones tras las inspecciones portuarias que se realizan en todo el mundo sólo el uno por ciento corresponde a este motivo.
Pero ésta no es la única contaminación crónica que acecha a los mares. El uso masivo de fertilizantes en la agricultura, unido a los residuos fecales de granjas, las aguas residuales de ciudades y las emisiones atmosféricas, llevan cada año al océano millones de toneladas de nitrógeno y fosfato que pueden causar serios episodios de eutrofización en las zonas costeras y poco profundas.
Otros vertidos
De hecho, esta amenaza (el incremento de fitoplancton gracias a la llegada de enormes cantidades de nutrientes, pudiendo favorecer la aparición de algas tóxicas) sigue incrementándose, según el infome de Oceana, y se espera que el uso de fertilizantes aumente de los 150 millones de toneladas de 1990 a 225 millones de toneladas en 2020.El Báltico ostenta el récord en polución por fosfatos y nitrógeno, con 250.000 toneladas de nitrógeno y fósforo vertidas al año; casi 600 kilos por kilómetro cuadrado. En cambio, el mar Negro es la mayor cuenca anóxica del mundo, con cerca del 87 por ciento de sus aguas sin oxígeno y con altos niveles de sulfuro de hidrógeno.
A estos vertidos hay que sumar muchos otros. Cada hora se vierten al mar unos 675.000 kilos de basura o cerca de seis millones de toneladas al año, de las cuales un 50 por ciento es plástico. Y no es que sea inocuo. Estas basuran matan cada año a unos 100.000 mamíferos y tortugas marinas. De hecho, en los océanos llegan a encontrarse concentraciones de hasta ocho millones de fragmentos plásticos por kilómetro cuadrado flotando en los mares, y se considera que sólo son un 10-15 por ciento de los que existen en los fondos y en las costas.
Y la lista no acaba. Hay otros males, como la sobrepesca y la destrucción de hábitats en los mares europeos. La riqueza de los mares y océanos europeos es enorme, no sólo por su variedad de hábitats, sino también por el gran número de especies que albergan. De hecho, de las 230.000 especies marinas que se han catalogado en todo el mundo, más de 31.000 habitan en aguas europeas.
Otros males
A pesar de ello: el Cantábrico es el que en peor estado tiene sus recursos pesqueros, con más de la mitad de los stocks evaluados por ICES sobreexplotados; el mar del Norte es el mar europeo con mayor cantidad de descartes pesqueros, con 960.000 toneladas tiradas por la borda cada año; el Mediterráneo es el más peligroso del mundo para la supervivencia de tiburones, ya que el 42 por ciento de sus especies está amenazado de extinción, frente al 21 por ciento mundial; el mar del Norte es el que sufre mayor impacto por el arrastre de fondo, con una extensión arrastrada anualmente de 57 millones de hectáreas, es decir, la totalidad de sus fondos; hay unas 1.200 especies invasoras en los mares europeos, seis veces más que hace 50 años. Dos tercios de ellas han colonizado el Mediterráneo. Y un largo etcétera.Fuente : Wikipedia
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